jueves, 12 de agosto de 2010

El orgullo produce: parálisis. Para evitarlo, es necesario, aprender a perdonar y aceptar el perdón de los demás.
Miremos el cielo en una noche estrellada... El orgullo nos hace sentir solos... Si perdemos el orgullo una noche, mirado las estrellas, sentiremos que todos los seres que habitamos este planeta, somos el planeta, estamos pegados a él, y nuestro planeta junto con los demás, forman nuestro sistema solar que tiene como centro una estrella como esas que vemos. Somos parte de las estrellas. Seguramente en otro planeta de otra estrella exista un ser preguntándose lo mismo, sintiendo lo mismo...
Para deshacernos del orgullo empecemos a pedir perdón cuando tropecemos con alguien desconocido, demos las gracias sin apretar tanto los labios, pidamos ayuda cuando la necesitemos, superemos las dificultades para decir las cosas que sentimos. Cuando el orgullo nos asalte (debemos estar en estado de alerta para detectar que nos asalta el orgullo), tratemos de darnos cuenta de que nuestras personalidades no son nada en sí mismas.

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